Años de trabajo de pensionados son mal pagados
La historia de un pensionado
Eran cerca de las diez de la mañana y Ramón de Jesús Martínez esperaba en su casa, ubicada en Cuscatancingo, minuto a minuto, el momento para platicar y plantear la difícil situación que atraviesan los pensionados, sector que con su fuerza de trabajo contribuyó al desarrollo del país por muchos años.
Acomoda su silla, se sienta y comenzamos a conversar con un: ¿Qué tal? En seguida, expresa sus conocimientos de agricultura, pues hoy con esfuerzo se dedica a cultivar maíz y fríjol, en Tenango, Suchitoto, para el consumo familiar, una parte la vende, sufragando así los gastos del siguiente año.
Esta nueva etapa de su vida se da posterior a la jubilación, luego de tramitar sus papeles para recibir ese beneficio muy merecido, situación que hoy en día es un dolor de cabeza por la burocracia institucional, comenta don Ramón.
Él, ahora cuenta con 76 años de edad, pero con mucha claridad dice que trabajó para la empresa privada desde 1955, fecha desde la cual empezó a cotizar en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, en San Miguel, recuerda. Sus lugares de trabajo fueron: Servicio Agrícola Salvadoreño, La Cartonera y el último fue en Fertilizantes de Centroamérica.
Fueron alrededor de 32 años los que laboró, el sueldo mensual era de 1 mil 200 colones ¨ en aquel tiempo ¨ equivalentes en dólares ahora a 137. “Cuando se jubila a uno le piden el último salario” dice el señor de abundantes canas, de eso al o la trabajadora le entregan el 60%, razón por la cual hay pensiones extremadamente bajas.
“Pensiones de hambre”
El reporte estadístico, correspondiente al mes de marzo del presente año, de la Superintendencia del Sistema de Pensiones establece, que a la fecha, existen 134 mil 691 pensionados, 30 mil 216 del Sistema de Ahorro para Pensiones (privado) y 104 mil 480 del Sistema Público de Pensiones.
Por ley, las pensiones año con año deben ser mejoradas, pero en la práctica eso no sucede. En 2005 se dio un aumento del 5%, que para alguien que recibe cien 100 dólares solo son cinco dólares más, desafortunadamente eso no va en relación al alto costo de la vida, explica el ex empleado.
La situación es más crítica en muchas personas de la tercera edad, ya que para ese año había pensiones de 40, 60, 80 dólares y el incremento no mejoró los problemas básicos de alimentación, salud, entre otros. Solo en el año 2007 “para poderle hacer frente a la canasta básica teníamos que tener una pensión de 600 dólares” explica.
Ante esa situación la Asociación Nacional de Pensionados del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ANPISSS), a la cual pertenece Ramón, logró que la pensión mínima llegara a $114.00, incremento significativo, aunque no constituye un alivio total en tan difícil situación económica por la cual atraviesa la familia salvadoreña.
Según el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC), el año pasado, 2007, la canasta familiar costaba alrededor de 705 dólares, lo que significa que la realidad de los y las pensionadas esta lejos de alcanzar una verdadera dignidad humana.
“Tan grave es la situación que no es remoto encontrar en los basureros, una gente buscando ahí algo que comer…en cualquier parte encontramos una persona de la tercera edad, buscando ahí en los barriles y es un pensionado” detalla Ramón.
Incertidumbre es lo que invade ahora a este sector, ellos no figuran en el presupuesto de la nación, a eso se agrega que el gobierno de Antonio Saca está financiando las pensiones con una deuda adquirida con los bancos, los famosos fideicomisos, eso significa que al no pagar el capital y los intereses, se corre el peligro del financiamiento de las pensiones.
Datos personales
- CSTS
- La Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras Salvadoreños se constituyó el 31 de octubre de 2005 y obtuvo su personería jurídica el 11 de enero del año siguiente.
viernes, 26 de septiembre de 2008
Capitalismo: el cáncer de nuestra sociedad
La población vive una situación alarmante debido a la carestía de los alimentos, de bienes, insumos y servicios, solo en el último año, expertos del Colegio de Profesionales de las Ciencias Económicas señalan que el alza ronda el 17 por ciento.
Los factores a simple vista son diversos, el alto costo de los combustibles; la nula productividad interna de alimentos y por lo tanto la terrible dependencia del mercado internacional, que se basa en la especulación; los oligopolios y monopolios, entre tantas.
Pero si comenzamos a desenmarañar y analizamos detenidamente la raíz este enjambre maligno tiene un nombre muy particular: capitalismo.
El capitalismo, al igual que un cáncer, se implanta sin ser percibido, poco a poco va contaminando cada célula del cuerpo, crece silencioso y se fortalece a medida va asesinándonos. Así es el Modo de Producción Capitalista, porque fundamenta su éxito en la destrucción de los seres vivos, incluyendo humanos, medio ambiente y todo recurso natural.
Lo podemos observar en como los grandes empresarios de la construcción devoran los pocos bosques que existen para construir residenciales, centros comerciales y hoteles de lujo.
Sus aliados estratégicos, los usureros de la banca y los mercaderes le roban hasta el último cinco al pueblo engañándolo para que consuma y endeude hasta su aliento.
A estos parásitos se suman los grandes empresarios que explotan a sus trabajadores y trabajadoras, que les generan la riqueza y a cambio apenas reciben unas migajas.
¿Hasta cuándo este calvario?
La única forma de detener este calvario es extirpando ese tumor maligno desde la raíz. Debemos exterminar el Modo de Producción Capitalista desde sus fundamentos, para poder crear un modelo alternativo de sociedad.
Es incompatible la democracia con la opresión capitalista.
Es incongruente la libertad con la esclavitud de la explotación capitalista.
Es inconciliable un medio ambiente saludable con la voracidad capitalista.
Es incompatible la solidaridad con el individualismo capitalista.
Es incompatible el amor con el odio guerrerista del capitalismo.
Unámonos todos y todas. Solo la lucha organizada del pueblo salvadoreño por un proyecto de sociedad, basado en la justicia y la dignidad humana vencerá esta plaga perversa, llamada capitalismo.
La población vive una situación alarmante debido a la carestía de los alimentos, de bienes, insumos y servicios, solo en el último año, expertos del Colegio de Profesionales de las Ciencias Económicas señalan que el alza ronda el 17 por ciento.
Los factores a simple vista son diversos, el alto costo de los combustibles; la nula productividad interna de alimentos y por lo tanto la terrible dependencia del mercado internacional, que se basa en la especulación; los oligopolios y monopolios, entre tantas.
Pero si comenzamos a desenmarañar y analizamos detenidamente la raíz este enjambre maligno tiene un nombre muy particular: capitalismo.
El capitalismo, al igual que un cáncer, se implanta sin ser percibido, poco a poco va contaminando cada célula del cuerpo, crece silencioso y se fortalece a medida va asesinándonos. Así es el Modo de Producción Capitalista, porque fundamenta su éxito en la destrucción de los seres vivos, incluyendo humanos, medio ambiente y todo recurso natural.
Lo podemos observar en como los grandes empresarios de la construcción devoran los pocos bosques que existen para construir residenciales, centros comerciales y hoteles de lujo.
Sus aliados estratégicos, los usureros de la banca y los mercaderes le roban hasta el último cinco al pueblo engañándolo para que consuma y endeude hasta su aliento.
A estos parásitos se suman los grandes empresarios que explotan a sus trabajadores y trabajadoras, que les generan la riqueza y a cambio apenas reciben unas migajas.
¿Hasta cuándo este calvario?
La única forma de detener este calvario es extirpando ese tumor maligno desde la raíz. Debemos exterminar el Modo de Producción Capitalista desde sus fundamentos, para poder crear un modelo alternativo de sociedad.
Es incompatible la democracia con la opresión capitalista.
Es incongruente la libertad con la esclavitud de la explotación capitalista.
Es inconciliable un medio ambiente saludable con la voracidad capitalista.
Es incompatible la solidaridad con el individualismo capitalista.
Es incompatible el amor con el odio guerrerista del capitalismo.
Unámonos todos y todas. Solo la lucha organizada del pueblo salvadoreño por un proyecto de sociedad, basado en la justicia y la dignidad humana vencerá esta plaga perversa, llamada capitalismo.
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